¿Sabías que soy curiosa?

Mundo de curiosidades, noticias interesantes, ciencia, curiosidades, tecnología, salud, sexualidad, amor, investigaciones científicas. "Sabías qué..." será una pregunta recurrente por aquí, que sin duda, podremos responder.

La obesidad es sin duda uno de los grandes problemas en los países industrializados. Estadísticas desarrolladas por la Organización Mundial de la Salud indican que para el 2015 habrán más de 700 millones de personas obesas en todo el mundo. El stress y la falta de sueño afectan nuestra salud, pero también alimentarnos rápido es perjudicial.

La obesidad en el primer mundo

Investigaciones realizadas por un grupo de científicos a cargo de Alexander Kokkinos, de la Universidad de Atenas,  han demostrado comer rápido engorda. La explicación científica indica que comer rápido afecta la distribución de las hormonas que nos generan la sensación de estar "satisfechos". De este modo, al no sentirnos "satisfechos", comemos en exceso y en consecuencia, engordamos.

Comer rápido engorda

Las pruebas fueron realizadas en el Hospital de Laiko. Los individuos que fueron evaluados mediante análisis de sangre luego que tomaran la misma cantidad del mismo helado a diferentes velocidades. Los resultados demostraron un alta concentración de reductores intestinales (las hormonas que generan la sensación de saciedad) en los individuos que comieron más despacio.

La salud y el deporte son dos cosas que están sumamente asociadas. La mayoría de las personas están convencidas que mientras más transpiran al hacer ejercicio, más grasa están quemando. Sin embargo, es un concepto erróneo.

Sudar mucho no es equivalente a quemar grasas

Con el fin de quemar mayor cantidad de grasas, ciertas personas recurren al uso de prendas especiales, provocándole así mayor calor al cuerpo, lo cual es poco saludable. Además, tras el uso de este tipo de indumentarias, lo único que logran es agotarse con mayor facilidad, deshidratarse y lo más seguro es que a pesar del tiempo invertido en el ejercicio, ni siquiera comiencen a quemar grasas.
Cuando se comienza una actividad física, lo primero que se pierden son líquidos gracias al sudor. A medida que se acelera el ritmo y se prologa paulatinamente el ejercicio, se va quemando azúcar y grasa. Sin embargo, es imposible lograr esto 15 minutos antes de cualquier tipo de rutina.
Ahora ya saben, es más efectivo y saludable quemar grasas durmiendo que correr con prendas que incrementen nuestra sudoración.

Es de suma importancia dormir bien durante las noches, para así poder regularizar funciones vitales de nuestro organismo. ¿Pero sabías que quemamos grasas mientras dormimos?

Es posible adelgazar mientras dormimos

Según estudios realizados en la Universidad de Chicago, el dormir bien y profundamente durante toda la noche, es la clave del éxito si estamos realizando una dieta para adelgazar. Para ello es de recomendable acomodar nuestros horarios de sueño e intentar dormir y levantarnos todos los días al mismo horario. Lo mínimo que debes dormir diariamente son 7 horas. Si reducimos nuestro sueño a sólo 5 horas, perdemos el mismo peso que tras un sueño de 8 horas, pero la quema de grasas se reduce a la mitad.
Sin embargo no solo es importante cumplir con ese tiempo de sueño estipulado, sino que además es importante dormir profundo, ya que solo al dormir profundamente nuestro organismo produce cambios que ayudan a adelgazar, acelerando nuestro metabolismo y permitiéndonos controlar nuestro feroz apetito. Esto último ocurre debido a que, al disminuir nuestras horas de sueño, estamos aumentando nuestros niveles de grelina, una hormona que estimula el hambre y reduce el gasto energético (además que promover una retención de grasas).

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